Hector tenía una vida feliz, hasta que un día comenzó a llorar con dolor, no podía dormir o quedarse quieto debido a los síntomas nerviosos. En las noches el estaba gritando de dolor, y el dueño estaba en shock por que Hector había recibido dos vacunas para el moquillo antes.
Hector fue tratado con la punción lumbar el 10 de febrero, dieciocho horas después de la punción, estaba deprimido pero podía verse que el se veía esperanzado, aun temblaban las piernas, pero estaba mucho mejor.
El 16 de febrero, estaba mucho más feliz, alerta y comenzó poniendo sus patas delanteras en la cama, esta durmiendo de nuevo con su dueña en la cama.
Con mis mejores deseos
Vet. Sinem Karsli Parmaksizoglu
Estambul Turquía.